jueves, 10 de junio de 2010

Apología del Cinismo

(Más bien de Diógenes)

Cinismo: m Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.//2. m. Impudencia, obscenidad descarada.//m. desus. Afectación de desaseo y grosería. m. Doctrina de los cínicos ( pertenecientes a la escuela de los discípulos de Sócrates). (Diccionario de la Real Academia Española).

La palabra cínico, cuentan que deriva de perro, ya sea esto porque a Diógenes lo llamaran perro, debido a su desvergüenza y su descaro, como cuentan las simpáticas anécdotas de Vidas de los filósofos más ilustres, de su tocayo Laercio; o bien puede que sea como cuenta la leyenda: un sacrificio de carne que Antístenes llevaba a los dioses (el discípulo de Sócrates, fundador de la escuela cínica) se lo roba un perro, los hombres cogen al perro y furiosos van a consultarle al oráculo qué debían hacer con el impío perro ladrón, tuvieron por respuesta que se le levantara un templo, el Cinosagro.

Pero bueno, en fin, ¿De qué cinismo estamos hablando? A quienes llamamos cínicos a diario, ¿son representantes de este espíritu antiguo y casi legendario?

Pareciera que la palabra, a través del tiempo ha cambiado mucho su significado, pues la connotación de esta palabra, no se refiere ya a una escuela filosófica, ni mucho menos, sino que es un adjetivo peyorativo ocupado con cierta frecuencia para etiquetar a quien sea que haya cometido actos de índole reprochable.

Sin embargo, este no es el elemento preponderante de su significado, desde una perspectiva más profunda. Pues el cinismo más allá de ser una desvergüenza en sí, es un apego férreo hacia la naturaleza, formar a través de ella nuestra moral, costumbres, razón, etc. Es decir, el cinismo lejos de ser una apología de las masturbaciones y sexo público, o una etiqueta que se le de a quien orine en banquetes nobles, es en realidad una palabra que se le asigna a quien rechaza el movimiento despreciable, propio de las convenciones sociales, y prefiere vivir en una honestidad extrema. Antes que vivir bajo la máscara de ser en un mundo lleno de hipocresía uno más que avala el curso ciego hacia el vacío.

En definitiva, cinismo es concebir la propia vida como una obra de arte. El cinismo es una estética de la vida.

Pues pareciera que aquel hombre al que llamaron perro una y mil veces, ese Diógenes héroe, santo, profeta y rey del cinismo proclamó, con el ejemplo, la verdad en toda su implacabilidad y esplendor, no con palabras, teorías, ni aún menos con retórica, sino con hechos.

Pues él fue el primero en enseñarle los colmillos filosóficamente a un mundo en decadencia: no por casualidad un personaje tan sacrosanto como este, aparecería en tiempos que la democracia griega estaba en decadencia y la moral vivía momentos difíciles y lo que faltaba era un hombre que destruyese las bases de la polis entera, negando ser ateniense y afirmando que es un ciudadano del mundo.

¿Quién sino Diógenes es el dedo que señala el vacío de las libaciones, que hacían los griegos, para creer que así los dioses estaban satisfechos con ellos? ¿Quién sino Diógenes vino al mundo a enseñarnos que no todo aquello que camina en dos patas es un hombre? Pues en dos patas puede estar un gallo, o un amasijo de heces. Diógenes es el máximo exponente de hacer distinciones fuertes entre lo aparente y lo real, pues caminaba por las calles a plena luz del día con su bastón y su linterna gritando si había hombres, siendo que abundaban bípedos sin plumas a su alrededor.

No todo aquello que camina en dos patas es digno de hacerse llamar partícipe de la especie humana, Diógenes, que pertenece a una especie sublime que reúne al perro y al hombre, es un ser que tiene autoridad y potestad de señalar con el dedo y apartar con su báculo todo aquello que considerase carente de elevación, cáscaras vacías de sentido, proyectos de humanidad mal gestionados, moral de las máscaras y mamíferos carentes de orgullo que vuelven a su ciudad con el rabo entre las piernas.

Finalmente, Diógenes es una figura sagrada que representa el escuchar de physis, es un antiguo que tiene una sensibilidad muy desarrollada con la vanidad (en tanto que vacuidad) que destruye lo imperecedero, puro y simple de la naturaleza humana. Diógenes es el renacer de un Sócrates, pero un Sócrates renovado, y como tal, no puede ser olvidado, trasciende a sus tiempos atravesando la historia, de él Cioran escribe:

“Platón dijo que Diógenes era un Sócrates loco, difícil resulta ya salvar a Diógenes…”

Diógenes forma un tópico del cinismo, incluye la naturaleza que era considerada más baja (la de la excreción, por ejemplo) y la imbuye de la más solemne de las elevaciones, es decir invierte los valores existentes en su polis. Díganme:

¿Qué nombre le da Nietzsche a un personaje de dichas características?...